Una vez hablé con Virginia Woolf
y miré a los ojos a Simone Weil.
Pasé un invierno en aquel lugar con Louise Michel,
me encontré con Rosario de Acuña frente al mar
Subí al lugar más recóndito con Juana Inés de la Cruz
y arrastré como pude el cadáver de Hipatia.
y a las Luisa Carnés que desaparecieron de los libros.
Me probé ropa con Heidi Lamar en un vestuario
y con Alice Sheldom tecleé furiosos teletipos.
aquel que no se pudo comer mirándole a los ojos
(comía el papel de los partes de guerra, el cabrito).
Eran días de sol.
Removí tierra con Mary Leaky desenterrando a Lucy y al pasado,
tiré el machete que atravesó a Diane Fossey a un profundo lago.
me crucé con Vera Brittain, tan cansada, por las calles de Londres.
Limpié los pinceles de Margaret McDonald
y vi de espaldas a Margaret Cameron retratando al rey Arturo en secreto.
mientras los escribía
y tomé las riendas del carro de Boadicea en un asalto.
Eran días de sol, Aspasia.
(De mi poemario "Bolsillos en las piedras").