No
quiero esperar ya
a las cosas que importan;
causan el vacío
de las cosas que importan.
La mirada escéptica bajo un sombrero
de explorador que se cae a pedazos.
La espera agotadora y sin aliento que
se vuelve ansia
y después indolencia
a las cosas que importan.
Las cosas que importan
pasan cada día invisibles,
intangibles,
inalcanzables y próximas,
en huida y cercanas
para que sean importantes.
© Esther
González
Voces Nuevas (XIII Selección). Colección Torremozas. Mayo 2000.
Imagen:
Gertrude Bell a caballo, junio 1900, en el monumento
funerario de Kubbet Duris. Duris, Líbano.
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