Leyendo
poemas de la dinastía Tang
pensé
en cómo
escribir tu cuerpo.
Tendría
que trazar una curva limpia,
sensual
para el ojo de un rumiante,
y evocar
al pájaro y al pequeño pastor.
Leyendo
poemas de la dinastía Tang
adiviné
un camino entre la hojarasca de plata
oculto
con bambú.
Buscando
poemas de la dinastía Tang
escuché
al desierto.
Mi
desierto hablaba con boca de arena
y manos
tatuadas,
reía
abriendo una puerta
en el
firmamento de las siete esferas.
Leyendo
poemas de la dinastía Tang
leí tu
cuerpo en un árbol.
Florecía
la jara y la lavanda;
mis dedos
memorizaron la corteza
leyendo
poemas de la dinastía Tang.
"Bolsillos en las piedras"
© 2016 Esther González
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