De izquierda a derecha: Anna Starobinets, Johanna Sinisalo, Frances Hardinge y Sara Pinborough, durante la firma posterior al encuentro "Creando personajes femeninos con los que identificarse."
El pasado viernes,
20 de julio, pudimos disfrutar de dos eventos celebrados en el Festival
Celsius.
El primero consistió
en la presentación de la novela “El núcleo del Sol”, de la autora finlandesa
Johanna Sinisalo, de la mano de una escritora tan estimada como Lola Robles, y contando
con la ágil y precisa traducción de Diego García Cruz en ambos actos.
El punto de partida
de “El núcleo del Sol” es una Finlandia convertida en un Estado totalitario, en
el que se crean mujeres sumisas con características al gusto del género
masculino dominante, y donde las prohibiciones y el control sobrepasa el
absurdo:
“En mi novela, las mujeres han perdido su autodeterminación
sexual. Refleja (….) nuestro mundo, en el que [se regulan] determinadas
sustancias.”
El café está
prohibido, por ejemplo; lo que puede “resultar placentero”.
Y una vez que
comienzas a regular, a controlar, a prohibir, “¿dónde marcas el límite?”
La filosofía de ese
mundo distópico –tal vez próximo a nuestra sociedad, con un par de empujones
más- es que “siempre habrá alguien (…) que sabe mejor que tú lo que es bueno
para ti.”
“Pretendía satirizar
las sociedades que [intentan] controlar [a toda la población]” y “la sexualidad
femenina”
“Mi objetivo es que
el lector disfrute (…), que sienta la necesidad de continuar.”
¿Estamos hablando
de una realidad futura?:
El Movimiento de
Liberación Masculino de Finlandia “es una de mis inspiraciones: El Feminismo se ha pasado de la raya y hay
que volver a ponerlas [a las mujeres] en
su sitio.” La idea es que ellos hacen el servicio militar “y ellas deben ir
a un burdel pagado por el Estado (…) Por esos surge la necesidad de escribir
esta sátira.”
La autora les interpela:
“¿De verdad queréis vivir en un mundo así?”
Y concluye: “Creo
que sí, que nos estamos acercando [a esta distopía].”
Lo que hasta hace
unas décadas parecía impensable, ahora se nos muestra como una realidad cada
vez más cercana.
Con respecto a su
escritura, Johanna Sinisalo considera que le distingue “mezclar elementos tan dispares.”
Ya por la tarde, en
una sesión conjunta -conducida con sobriedad y acierto por Sofía Rhei-, Frances
Hardinge, Johanna Sinisalo, Anna Starobinets y Sarah Pinborough abordaron un
tema tan sugerente como “Creando personajes femeninos con los que
identificarse”.
Las cuatro autoras
nos hablaron de sus personajes femeninos, y sus herramientas para lograr que
los lectores empaticen con ellos:
Frances Hardinge
(Brighton, Reino Unido, 1973):
Destaca de sus
personajes “la pasión de Faith”, la protagonista de su novela “The Lie Tree”
(“El árbol de las mentiras”): “Es una chica enfadada, profundamente frustrada.”
Tiene que ser alguien
que dude de sí mismo, con defectos; si no tiene defectos es aburrido; si no es
vulnerable, es aburrido: “[tienes que ver] su alma en el papel”.
"Lo que me gusta de Faith es que duda de sí
misma… Tiene la capacidad de crecer.” Es importante describir el grado de
detalle de esta evolución.
Johanna Sinisalo
(Sodankylä, Finlandia, 1958):
“Tienen heridas que
tratan de ocultar y lidian con ellas todo el tiempo, y creen que nadie puede
comprenderles (…), en un ambiente hostil (…) Que vayan creciendo y se vayan
desarrollando.”
En su obra “Ojo de
cristal” [2006], una guionista de culebrones muy popular en Finlandia crea
mundos que se convierten en reales: “la solución (…) es ser la autora [de los
guiones] de su propia vida.”
Anna Starobinets
(Moscú, Rusia, 1978):
“Los personajes no
pueden ser perfectos, tienen que tener algún tipo de debilidad (…), odiarse a
sí mismos, [el lector lo entiende]. El sufrimiento te ayuda a esa conexión.”
“[Soy cruel con mis
personajes femeninos], mi favorito es Hanna” [de su novela “El Vivo”, 2011]. Situada
en una sociedad futura donde no existe la muerte, sino “la pausa”, y todos
deben quererse, Hanna da a luz a un niño que no está en la “lista de vivos”.
Sarah Pinborough
(Milton Keynes, Reino Unido, 1972):
“Escribo thrillers, en especial con protagonistas
adolescentes. Mi “Cenicienta” es muy diferente del original. Va en un viaje muy
rápido hasta convertirse en otra persona.”
“Muchas veces,
menos es más (…) Prefiero que un personaje esté al borde de las lágrimas, porque
hay fuerza interior (…) Prefiero que los personajes no caigan bien, que sean
interesantes.”
“Yo creo que los
seres humanos no somos buenos (…) Sinceramente, la amabilidad me aburre.”
Ya en la última
parte del encuentro, las autoras mencionaron sus personajes femeninos favoritos, y explicaron cómo introducían “percepciones autobiográficas”:
Frances Hardinge:
“Las incluyo transformándolas muchísimo (…) Si
fueran un cuadro, serían la pintura.”
Johanna Sinisalo: Pipi Calzaslargas (“She is friendly, strong, humor
sense”); divertida, inteligente. “Hace lo que le sale de los ovarios.”
“Sólo puedes usar
lo que tienes dentro de tu cabeza.”
Anna Starobinets:
Baba Yagá. Impredecible,
trata de salvarte … “El caso es que no es buena (…), es un mito muy antiguo,
[una "medio muerta"].”
“Uso todo y a todos
los que me rodean.”
Sarah Pinborough:
“Eva al desnudo”: “Las
tías tenemos que ser guapas, estar a tope..."
Otro personaje
sería la Reina de Hielo, de “Narnia”, lo que le pasa es que es una “incomprendida.”
“Lo único que
puedes hacer es basarte en tus propias experiencias, [en mi caso] los asesinatos…”
Nota.-
Las citas son textuales, y entre corchetes he tratado de de reflejar o
sintetizar lo expresado por las autoras que no me ha sido posible transcribir
en el momento.
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