lunes, 14 de noviembre de 2016

Ella no es todo lo que has hecho




1.
ella no es   todo lo que has hecho   desperdicios se funden rotos   al fin
cromados   estacas de lágrimas   ángulos circulares

la sorpresa se acabó    la extrañeza del animal en medio del ensueño
súbitamente con los ojos abiertos   una certeza   de vientos sin espalda
fibras rojas

la herida está limpia y fresca   como un eco

2.
ella es rubia   morena   alta   no baja   ella es su pelo   llora   pero no por
ti   se levanta   pero no por ella

cruje esa noche sin luz   la noche se levanta   hay una baldosa suelta en 
la cocina   sin luz llora   ella no es


"Marzo"
© 2015 Esther González.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Wilfred Owen: Por las puertas de la poesía y la guerra.



“If you knew what hands have been laid on my arm, in the night, along the Bordeaux streets, or what eyes play upon me in the restaurant where I daily eat (…)”
Carta de Wilfred Owen a su madre.

Joven, hace cien años.                                              
Un duro bigote perfilando
la boca sonriente,
los labios.

Aquellas noches en la ciudad francesa –Burdeos-
y los poemas.

“Si supieses qué manos se han posado en mi brazo”,
escribías a la madre.

Tú, intentando entrar
por las puertas de la poesía.
El Salón Dorado de la calle
de la Media Luna.

Todos a tus pies
el tiempo preciso
para sentirte entre los iguales.

Y la guerra.

Extraño pasaje desde la juventud a la nada.

Y poco a poco, el final se acercaba
                               inexorablemente.        


© 2013 Esther González. "Cuerpos lavados por los ríos".






Imagen cabecera: Puerta de Dijeaux, Burdeos. Fotografía de Silvia Sánchez.

Wilfred Owen vivió cerca de esta Puerta, uno de los muchos alojamientos que tuvo en Burdeos.
Decepcionado por su experiencia como ayudante de vicario, profesor de inglés explotado en Burdeos... Wilfred se alistó tarde, más por presión social que por convencimiento.
Llegó a Francia el 1 de enero de 1917, y su itinerario fue clásico: derrumbes, bombardeos, shellshock...
El frente le puso en contacto con poetas como Graves o Sassoon, que le facilitó cartas de presentación para Robert Ross y el círculo influyente que podían ayudarle a difundir su poesía, como así fue.
Falleció intentando atravesar un canal una semana antes de la fecha oficial del final de la guerra. 
En el Prefacio a su primer poemario, que no llegó a ver publicado, escribió:

"Este libro no trata de héroes (...) de hazañas, territorios ni nada que tenga que ver con la gloria, el honor, el poder, la majestad, el dominio o la fuerza (...) Mi tema es la guerra y la pena de la guerra (...) Todo lo que un poeta puede hacer hoy es alertarles. Por eso los verdaderos poetas deben decir la verdad."