domingo, 4 de agosto de 2019

En sus propias palabras. Cuatro escritoras en el Festival Celsius (Avilés).

De izquierda a derecha: Anna Starobinets, Johanna Sinisalo, Frances Hardinge y Sara Pinborough, durante la firma posterior al encuentro "Creando personajes femeninos con los que identificarse."

El pasado viernes, 20 de julio, pudimos disfrutar de dos eventos celebrados en el Festival Celsius.

El primero consistió en la presentación de la novela “El núcleo del Sol”, de la autora finlandesa Johanna Sinisalo, de la mano de una escritora tan estimada como Lola Robles, y contando con la ágil y precisa traducción de Diego García Cruz en ambos actos.

El punto de partida de “El núcleo del Sol” es una Finlandia convertida en un Estado totalitario, en el que se crean mujeres sumisas con características al gusto del género masculino dominante, y donde las prohibiciones y el control sobrepasa el absurdo:

 “En mi novela, las mujeres han perdido su autodeterminación sexual. Refleja (….) nuestro mundo, en el que [se regulan] determinadas sustancias.”

El café está prohibido, por ejemplo; lo que puede “resultar placentero”.
Y una vez que comienzas a regular, a controlar, a prohibir, “¿dónde marcas el límite?”

La filosofía de ese mundo distópico –tal vez próximo a nuestra sociedad, con un par de empujones más- es que “siempre habrá alguien (…) que sabe mejor que tú lo que es bueno para ti.”


“Pretendía satirizar las sociedades que [intentan] controlar [a toda la población]” y “la sexualidad femenina”
“Mi objetivo es que el lector disfrute (…), que sienta la necesidad de continuar.”

¿Estamos hablando de una realidad futura?:
El Movimiento de Liberación Masculino de Finlandia “es una de mis inspiraciones: El Feminismo se ha pasado de la raya y hay que volver a ponerlas [a las mujeres] en su sitio.” La idea es que ellos hacen el servicio militar “y ellas deben ir a un burdel pagado por el Estado (…) Por esos surge la necesidad de escribir esta sátira.”
La autora les interpela: “¿De verdad queréis vivir en un mundo así?”


Y concluye: “Creo que sí, que nos estamos acercando [a esta distopía].”
Lo que hasta hace unas décadas parecía impensable, ahora se nos muestra como una realidad cada vez más cercana.

Con respecto a su escritura, Johanna Sinisalo considera que  le distingue “mezclar elementos tan dispares.”



Ya por la tarde, en una sesión conjunta -conducida con sobriedad y acierto por Sofía Rhei-, Frances Hardinge, Johanna Sinisalo, Anna Starobinets y Sarah Pinborough abordaron un tema tan sugerente como “Creando personajes femeninos con los que identificarse”.


Las cuatro autoras nos hablaron de sus personajes femeninos, y sus herramientas para lograr que los lectores empaticen con ellos:

Frances Hardinge (Brighton, Reino Unido, 1973):
Destaca de sus personajes “la pasión de Faith”, la protagonista de su novela “The Lie Tree” (“El árbol de las mentiras”): “Es una chica enfadada, profundamente frustrada.”

Tiene que ser alguien que dude de sí mismo, con defectos; si no tiene defectos es aburrido; si no es vulnerable, es aburrido: “[tienes que ver] su alma en el papel”. 
"Lo que me gusta de Faith es que duda de sí misma… Tiene la capacidad de crecer.” Es importante describir el grado de detalle de esta evolución.





Johanna Sinisalo (Sodankylä, Finlandia, 1958):
“Tienen heridas que tratan de ocultar y lidian con ellas todo el tiempo, y creen que nadie puede comprenderles (…), en un ambiente hostil (…) Que vayan creciendo y se vayan desarrollando.”
En su obra “Ojo de cristal” [2006], una guionista de culebrones muy popular en Finlandia crea mundos que se convierten en reales: “la solución (…) es ser la autora [de los guiones] de su propia vida.”


Anna Starobinets (Moscú, Rusia, 1978):
“Los personajes no pueden ser perfectos, tienen que tener algún tipo de debilidad (…), odiarse a sí mismos, [el lector lo entiende]. El sufrimiento te ayuda a esa conexión.”
“[Soy cruel con mis personajes femeninos], mi favorito es Hanna” [de su novela “El Vivo”, 2011]. Situada en una sociedad futura donde no existe la muerte, sino “la pausa”, y todos deben quererse, Hanna da a luz a un niño que no está en la “lista de vivos”.



Sarah Pinborough (Milton Keynes, Reino Unido, 1972):
“Escribo thrillers, en especial con protagonistas adolescentes. Mi “Cenicienta” es muy diferente del original. Va en un viaje muy rápido hasta convertirse en otra persona.”
“Muchas veces, menos es más (…) Prefiero que un personaje esté al borde de las lágrimas, porque hay fuerza interior (…) Prefiero que los personajes no caigan bien, que sean interesantes.”
“Yo creo que los seres humanos no somos buenos (…) Sinceramente, la amabilidad me aburre.”


Ya en la última parte del encuentro, las autoras mencionaron sus personajes femeninos favoritos, y explicaron cómo introducían “percepciones autobiográficas”:

Frances Hardinge:
 “Las incluyo transformándolas muchísimo (…) Si fueran un cuadro, serían la pintura.”


Johanna Sinisalo: Pipi Calzaslargas (“She is friendly, strong, humor sense”); divertida, inteligente. “Hace lo que le sale de los ovarios.”
“Sólo puedes usar lo que tienes dentro de tu cabeza.”


Anna Starobinets:
Baba Yagá. Impredecible, trata de salvarte … “El caso es que no es buena (…), es un mito muy antiguo, [una "medio muerta"].”
“Uso todo y a todos los que me rodean.”


Sarah Pinborough:
“Eva al desnudo”: “Las tías tenemos que ser guapas, estar a tope..."
Otro personaje sería la Reina de Hielo, de “Narnia”, lo que le pasa es que es una “incomprendida.”
“Lo único que puedes hacer es basarte en tus propias experiencias, [en mi caso] los asesinatos…”



Nota.- Las citas son textuales, y entre corchetes he tratado de de reflejar o sintetizar lo expresado por las autoras que no me ha sido posible transcribir en el momento.