miércoles, 2 de mayo de 2018

Cuando no sabíamos leer





Cuando no sabíamos leer,
y leía el viento
esparciendo las letras
por doquier.

No sabíamos leer,
ni contar,
salvo los días que faltaban para misa
o la vaca pariera.

Cuando no sabíamos escribir
ni nuestro nombre
en el acta de matrimonio;                        
escribir es para los señoritos
de ciudad.

Tú, si acaso, buena letra.

Mientras,
los libros volaban hacia el fuego
en la Plaza Bebel, de Berlín.        

Cuando no sabíamos leer,
        y leía el cura –mal-,
        y el médico,
        y don Fulano,
y una niña con tirabuzones
interpretaba
partituras de piano.


"Bolsillos en las piedras"
© 2016 Esther González

Imagen: Fotografía del blog "Mujeres, pan y rosas".

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